Un alojamiento céntrico lindo. La ubicación era estupenda y fantástica, había una estación de tranvía a un paseito del hotel. - Había un montón de cosas que hacer, visité los bares y los restaurantes a unos pasos del hotel. Reseña reescrita: Maison Fredon Bordeaux Centre en Bordeaux es un lugar encantador y bien ubicado. Encontrar una estación de tranvía tan cerca del hotel fue genial. Además, la zona ofrece muchas opciones de entretenimiento, como bares y restaurantes a poca distancia del alojamiento.

Nos ha gustado mucho de verdad estar allí. Estuvimos 4 noches en Burdeos, pasando nuestro tiempo de manera encantadora. Las habitaciones eran muy espaciosas y soleadas con sábanas frescas y albornoces. Teníamos una cafetera/tetera, una nevera y cristalería. La ubicación era sensacional, estaba a 5 minutos andando del Puente de Piedra. Zona preciosa con bares y restaurantes muy cerca del hotel.

ha sido todo un descubrimiento! muy confortable, personal (incluido el dueño) muy simpático y disponible. Además, para los que aman la cocina tradicional auténtica del "sud-ouest", la Tupiña, perteneciente al mismo dueño, ofrece todo lo mejor.

Personal extremadamente amable. Ubicación cerca de restaurantes y tranvías. - Cama grande y habitación muy bien amueblada. - Diseño moderno.

El personal es amabilísimo, atento y dispuesto a ayudar siempre. Enfrente del edificio, a lo largo de toda la calle, se encuentran los restaurantes y bares de La Tupina, donde el bristot es excelente. El parking para el coche y las facilidades que nos dieron. Absolutamente recomendable, hemos vuelto encantados y seguro que repetiremos.

Alejado del centro. La habitacion es espaciosa y decorada con gusto; pero no se adecua ni por asomo su precio con los servicios que deberia ofrecer. No hay caja fuerte, ni minibar, ni hilo musical o TV. La zona de aseo es pequeña para 2 personas, aunque la ducha es buena. No existe recepción propiamente ducha, todo se gestiona a traves del restaurante por lo que muchos de los servicios que podria ofrecerte un hotel ( mapas, indicaciones...) se echan de menos. No todo el personal habla ingles, pero son muy amables.

Pasé 4 noches aquí y tuve una estancia genial. Hotel fantástico, la mejor experiencia de 3 estrellas comparado con otros. La cama era buena, el baño grande y tenía nevera y hervidor en la habitación. El personal era bueno y encantador, siempre disponible. Además, el restaurante adjunto era maravilloso.

Las habitaciones con un dormitorio y albornoces y también todos los servicios. El personal, es profesional y muy servicial. Una ubicación tranquila y cómoda al lado de cafeterías y restaurantes.

diseÑO, habitaciÓN grande Y comoda.

no tenÍA televisiÓN, bastante caro por el barrio donde se encontraba Y tendrÍan que incluir el desayuno en el precio. un hotel casa de huespedes de lujo tambien tendrÍA que incluir zapatillas en la habitaciÓN.

Este lugar tiene una habitación grande con una cama súper cómoda y un baño lujoso. Además, está muy bien ubicado y cuenta con aparcamiento en las instalaciones. El barrio histórico donde se encuentra merece ser explorado. ¡Excelente para pasear! 🏞️

El personal era increíble, la habitación era amplia y tenía un toque único, con unas instalaciones geniales. La ubicación era excelente - cerca de todo lo que queríamos visitar a pie. 🌟

Encantador y singular establecimiento en el centro histórico con amplias habitaciones, cómodas camas y modernos baños. Desayuno delicioso con bollería artesana y zumos frescos. Aparcamiento propio. Estancia desenfadada y con estilo. 💫

La ubicación era genial, el Puente de Piedra quedaba a una distancia razonable de aquí. Además, había un restaurante cerca para comer. ¡Qué conveniente! 😉

La habitación era bien equipada y de buen tamaño con todas las comodidades. Unos servicios estupendos y además albornoces. - Todo era alucinante. - Eran profesionales cuando llegamos. - El hotel estaba situado en una ubicación céntrica en el casco antiguo.

Tengo que admitir que mi estancia en este hotel fue una experiencia muy especial. La decoración del hotel es simplemente encantadora, con alfombras de seda y muebles de los años sesenta que le dan un toque de elegancia. Sentí que estaba viviendo en el palacio de un auténtico aristócrata. Además, cada habitación está adornada con pinturas de artistas famosos como Chagall, Miro y Keith Haring, lo cual le da un ambiente artístico y sofisticado al lugar.

Llegar al hotel puede ser un poco complicado debido a que se encuentra en una calle tranquila y empedrada.